Webinar · Intolerancia política en la Universidad: suma y sigue

Maite Pagaza
28 min readJul 3, 2020

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El acoso a estudiantes en universidades del País Vasco y Cataluña

Vídeo completo del webinar con Julia Moreno, David Chamorro y Maite Pagaza

Este artículo es una transcripción completa del webinar “Intolerancia política en la Universidad: suma y sigue” celebrado el 7 de julio de 2020

Maite Pagaza

Vamos a iniciar este encuentro con dos de las personas más valientes que he conocido en la Universidad española. Vamos a hablar sobre la “Intolerancia política en la Universidad: suma y sigue”. ¿Por qué lo hemos llamado así?

Porque tanto en la Universidad Pública Vasca como en la Universidad catalana hay un largo camino de grupos organizados para normalizar el marco de intolerancia política contrario al Estado de derecho democrático. Atacan el pluralismo ideológico. En estas universidades desde hace muchos años no se puede ir contra el pensamiento dominante del nacionalismo. Los jóvenes cachorros intolerantes “pintan” las universidades, se convierten en los amos absolutos de ese espacio público, donde muy pocos se atreven a levantar la voz y decir que tienen otras opiniones personales o políticas es algo de lo que tenemos que hablar. Es el fenómeno más desconocido de la “resistencia democrática a una manera de entender la identidad excluyente, populista e intolerante”.

Ha habido profesores en la Universidad que han resistido esos pensamientos políticos dominantes intolerantes y totalitarios porque no permitían la existencia de otro pensamiento. En la Universidad Pública Vasca se intentó asesinar a profesores que eran líderes sociales frente a ETA. Paradójicamente, en ese espacio en que tan difícil ha sido la libertad democrática, algunos de esos profesores han sido los referentes intelectuales, para hacer ver en las sociedades vasca o catalana que vivíamos constreñidos por el miedo. Fueron líderes. Se sintieron muy solos. Hace cinco años publicamos este estudio: “Los profesores de la UPV-EHU frente a ETA”, que leído ahora nos indica la necesidad de darles las gracias. De pensar qué ocurrió, qué no se hizo bien desde el punto de vista de la estructura de la Universidad y de sus líderes para que hoy tengamos a jóvenes que deben ser héroes simplemente por atreverse a expresar su opinión. Algo que, en circunstancias democráticas normales, jamás debería requerir correr riesgos, incluso físicos o sufrir agresiones salvajes.

“Suma y sigue” por eso. Porque hay unas asignaturas pendientes que no se encararon y los cachorros intolerantes siguen campando por sus respetos en las universidades públicas vasca o catalana.

Con esto voy a pasar la palabra a los protagonistas más desconocidos. Si se sintieron solos los profesores que hicieron el trabajo de resistencia democrática, muchísimo más solos y aislados han estado los alumnos resistentes al pensamiento nacionalista obligatorio: los más vulnerables de la cadena de ejercicio de la libertad.

Quiero agradecer a Julia Moreno, presidenta de S’ha Acabat, grupo de estudiantes libres, que se toman la libertad y que han conseguido mostrar la cara oculta de esos jóvenes cachorros de la intolerancia, de la identidad nacionalista excluyente. Y que han conseguido resistir en la Universidad catalana.

Julia Moreno (Presidenta de S’ha Acabat)

Me gustaría empezar preguntando si alguien se imaginaría que en una Universidad catalana se podría vulnerar el derecho fundamental de opinión, el derecho a la libertad ideológica, el derecho a la libertad de expresión, y el derecho a la educación a un colectivo independentista. Supongo que todos coincidimos en que la respuesta es NO, es negativa. Por qué encontramos que en la Universidad Autónoma de Barcelona, por ejemplo, hay hasta siete colectivos afines a la ideología independentista.

El Fiscal del Juzgado de Barcelona –porque nosotros presentamos un contencioso por haber sido expulsados del directorio de colectivos- concluía en su estudio que resultaba imposible no vincular la expulsión del directorio con el posicionamiento contra las tesis independentistas del colectivo y la actitud contemporizadora del consejo de gobierno de la Universidad con estas tesis. Es así de lamentable que tuvo que ser un fiscal -posteriormente ratificado por un juez- quien tuvo que decir que se vulneraban hasta cuatro derechos fundamentales a un grupo de estudiantes por el simple hecho de ser constitucionalistas, y por criticar a la Universidad por aquello que no creen que debe ser normal.

Desde S’ha Acabat, en la Universidad Autónoma de Barcelona hemos hecho cinco carpas informativas. En la primera carpa nos amenazaron con palabras que voy a decir textualmente, aunque suene duro: “os meteremos un tiro en la cabeza, hijos de puta”. Una persona exaltadísima que se acercó a la carpa sólo para decirnos eso.

En la segunda carpa era una feria internacional en la que acogíamos a los estudiantes de Erasmus y de intercambio. Esa tampoco pudo ser normal puesto que se nos colgó un cartel en el que se decía que nosotros amenazábamos el movimiento estudiantil. Eso era totalmente falso. Nosotros simplemente denunciamos aquello que no debe ser normal. Como debe hacer cualquier ciudadano en una sociedad democrática.

La tercera es aquélla en la que anunciamos que íbamos a hablar sobre nacionalismos y populismos en Europa. Y acabamos con la carpa totalmente rodeada, se nos agredió, se nos tiraron bombas fétidas, latas de cerveza…además de acabar con una cuarta parte –y digo mucho- del material que teníamos. En la última carpa que realizamos se nos amenazó con palos de madera. Un miembro del personal de seguridad acabó por el suelo.

Pero no todas las carpas han sido así. Hubo una que también fue en una feria, en la que había muchos otros colectivos y donde no se atrevieron a dejar mal la imagen de ellos mismos, porque había demasiados colectivos como para amenazar y que pudiese salir alguien herido que no fuese de los nuestros. Cualquier persona puede hacer su actividad normal, pero si es de S’ha Acabat no tiene ese derecho.

Esta carpa fue nuestro mayor éxito, puesto que acabamos sin nada de material informativo. Nos lo quitaban de las manos. Hubo mucha gente que se acercó a unirse a S’ha Acabat. Una carpa de cinco es la única que hemos conseguido acabar con normalidad y en las circunstancias que digo.

Esto es así -lamentablemente hay que denunciarlo- con la complicidad de los equipos de gobierno. Esos equipos que se suman al Pacto nacional por el referéndum o que piden en los disturbios tras la sentencia que finalice la actuación policial porque les parece que es demasiado agresiva. Eso sí, luego dejar entrar en el campus –cuando nos están agrediendo- a la Policía para que pueda defendernos y simplemente no tengamos que vivir situaciones de coacción o se nos impida nuestro derecho a manifestación es para la rectora una situación de poner a la Universidad en un clima de máxima tensión. Estos son los parámetros que vemos que tienen los equipos de gobierno de la Universidad para valorar lo que es correcto y lo que no es correcto.

También quiero aprovechar esta oportunidad para decir a todas aquellas personas que después de los actos te dan una palmadita en la espalda -para decirte que está muy bien, que luches y que alces la voz- que se sumen, donde pueda hacerlo. Que ellos también hablen, también digan que no les parece bien y que señalen al culpable y denuncien las injusticias.

Maite Pagaza

Vamos a saludar a David Chamorro, estudiante de Historia de la Universidad Pública Vasca. Has conocido todo lo que cuenta Julia y todavía muchísimo más. Hemos visto antes algunas de esas pintadas que para un estudiante de la Universidad Pública Vasca –yo también he sido alumna de esa universidad- son lo “normal”. Las pintadas del independentismo más radical y más extremo son lo normal y nadie osa disputar ese espacio. Cuando alguien levanta la voz, es perseguido y coaccionado. Creo que no nos damos cuenta de que, cuando se ataca la libertad ideológica de un grupo, se está atacando la democracia en su conjunto. Cuando los equipos docentes o que lideran la Universidad deciden no estar con los acosados sino con los acosadores -porque da menos problema- son cómplices.

Testimonio de David Chamorro (estudiante UPV)

Creo que nadie podría ir a un colegio en cualquier otra comunidad autónoma y agachar la cabeza y tener cuidado con lo que dice en todo momento porque todo el día tienes que repetirte la frase: “Ten cuidado que no te marquen porque si no ya no te van a dejar en paz”.

Yo estoy en una Universidad en la que, para la gente que no conoce esta violencia, es algo normal: no hay grupos, sindicatos que expresan sus ideas con total libertad y todo tranquilo. Pero no. Sólo explican sus ideas, sólo gritan, sólo hacen pintadas, solo hacen mítines y carpas unos, porque a los otros no nos dejan. Directamente, si alzas la voz y dices que no eres nacionalista, o que no eres de izquierdas, pero, sobre todo, que no eres nacionalista, van a por ti. Depende de lo que te atrevas a movilizarte, van a por ti en mayor o menor medida, como fue mi caso y el grupo que estábamos intentando organizar en la Universidad Pública Vasca en Vitoria contra el nacionalismo.

Nos dedicábamos a denunciar pintadas y amenazas de todo tipo. Tras realizar una reunión en la que creíamos que podíamos consolidar una agrupación, en la que estábamos empezando a atraer gente, muy poca, porque muy poca gente se atreve a movilizarse. La gente tiene muchísimo miedo. Al salir de la reunión ya nos estaban persiguiendo y vigilando. Fueron a por nosotros y a mí en concreto me dejaron en el suelo, habiendo perdido el conocimiento, con la nariz rota. Siempre digo lo mismo: si no llega a ser porque tenía la suerte de ir acompañado, a saber qué hubieran hecho, dónde hubiera quedado o lo que hubiera pasado.

Pero eso es un ejemplo. El final de este proceso de radicalización de la Universidad Pública Vasca, en la que en su día se permitía que a un profesor le amenazasen, le quemasen el coche, le persiguiesen, le tirasen botellas. Hoy en día directamente no pasa eso porque nadie se atreve a decir nada.

Cuando me pasó a mí aquello, se organizó una concentración para darme una especie de apoyo frente a lo que había pasado y prácticamente no fueron alumnos. Algunos muy amigos míos me decían “lo siento mucho, no puedo ir porque van a saber que te apoyo… van a saber que igual pienso como tú… no puedo estar ahí porque me van a marcar y me van a hacer la vida imposible a mí”. Eso me lo han dicho amigos y profesores. Imaginaos cómo está ahora mismo la Universidad Pública Vasca. Llena de un odio tremendo.

Lo que vimos antes de que “hay que quemar la Universidad”, “a la burguesía hay que quemarla”. Pueden ser unos jóvenes que se ponen a desvariar y a hacer pintadas sin sentido….

Pero ya directamente poner dianas, poner una pintada, “Gora ETA”, pancartas en defensa de presos etarras. Tenemos que aguantar que sales de un edificio del campus para ir a otro –que apenas hay 100 metros — y tienes que pasar un pasillo con pancartas o fotos de etarras porque una etarra ha muerto en la cárcel y parece que es una heroína, una diosa de la libertad, que todos tenemos que condenar que haya fallecido. No ha sido culpa de ningún policía. Ellos siempre hacen lo mismo, intentan vender que la culpa es de la Guardia Civil, de los partidos políticos constitucionalistas, de la Policía Nacional, de la Ertzaintza,… La culpa es de todos menos de ellos. Los presos etarras para ellos nunca han hecho nada. Es muy difícil ganarles la batalla en la Universidad Pública Vasca.

Intentan difundir el mensaje de odio por cualquier medio. Inventarse cualquier tipo de excusa para agredir a alguien. Y piensan que porque una persona no piense como ellos, es un enemigo al que hay que batir. Esa es prácticamente la línea de todos sus argumentos: “Hay que batir a todo el que no piensa como nosotros”.

Creen que tienen la razón absoluta, que no se equivocan nunca, que están en una lucha que no saben hasta dónde pueden llevar. Justifican asesinatos, agresiones, y todo los métodos antidemocráticos que cualquier persona debería condenar.

Hay gente que, sin ser de su ideología, no se atreve a condenar porque cree que va a quedar marcado. Hay gente que no es de la izquierda abertzale o de la típica Herri Batasuna radical, sino que es gente moderada que no se atreve a condenarlo para que nadie de su cuadrilla, de su trabajo, ni de nada, se atreva a decirle nada. Y en la Universidad es igual. Vas a la cafetería de la Universidad y tienes que tener cuidado de qué hablas con un compañero apoyado en la barra. Porque sabes que uno que está apoyado en la barra a tu lado está avisando a otro compañero o pasando tu foto a grupos radicales para que sepan que eres tú y que “ten cuidado, si te cruzas con éste, grítale, mírale”.

Por eso yo hoy en día tengo que ir escoltado por los pasillos de la Universidad, con seguridad privada del campus pegada a mí porque puede que si me quedo solo y me ven, decidan hacer lo mismo o algo peor. No quiero imaginármelo. “Pero ése es el clima que hay. No te movilices , cállate. Ya sabes cuando entras a la Universidad, si ves pintadas, te callas; si ves carteles, te callas; y no te movilices o vamos a por ti”.

Pregunta de Maite Pagaza

David, ¿en qué año fue exactamente la agresión?

Respuesta de David Chamorro

En 2018, el 30 de noviembre.

Maite Pagaza

Fue ya en la entrada del post-terrorismo. No hay asesinatos en Euskadi y no hay asesinatos en el resto de España. Pero la mentira, el control social y la intolerancia política de fondo no se han limpiado, en la Universidad vasca de una manera clara.

Tú tienes que ir escoltado para evitar comportamientos de jauría. Los mensajes que hemos visto hacen algo que es justamente darle la vuelta a la realidad: los violentos totalitarios -que son los que usan la violencia- te llaman a ti “peligroso ultraderechista”. Tú que eres la víctima inocente, eres el peligroso y el que debe ser estigmatizado. Y si les da la gana, volver a pegarte. Por eso tienes que ir con escolta. Sin embargo, los totalitarios se permiten decir quién tiene derecho a estar en la Universidad, a hablar y además que nadie se inmiscuya.

No sé si podemos ver en pantalla la maliciosa condena de tu agresión por parte de Arnaldo Otegi. Lo que dice es que “tienes derecho a defender tus ideas siempre que no uses la violencia”. Con lo cual está poniéndote a ti como sospechoso de ser violento, cuando resulta que tú eres una persona que no utiliza la violencia y que has sido agredido. Lo único que quieres es ejercer tu libertad. Son los agresores de su entorno los que utilizan la violencia. Otegi dice “quienes defienden la unidad de España tienen derecho a hacerlo siempre y cuando no utilicen para ello la violencia”. Pero es que aquí los únicos que han utilizado la violencia son quienes atacan a personas que tienen unas ideas políticas absolutamente legítimas.

Es todo una estrategia maliciosa. Además, los sénior -los mayores- tiran la piedra y esconden la mano. Pero ayudan a la misma estrategia, que es ponerte a ti bajo sospecha. Poner a la persona inocente “que quiere ejercer la libertad, que dice estamos en el post-terrorismo y quiero ser libre” bajo sospecha. Y tú eres un ultraderechista y por tanto todo el mundo debe pensar que tú eres el que genera más violencia cuando has recibido una paliza brutal.

David Chamorro

He oído por los pasillos a gente decir en bajo que yo era un nazi, que yo era todo lo que se les pueda imaginar. Vamos a por éste porque es peligroso. Un hombre peligroso.

Maite Pagaza

Julia, vosotros conseguisteis pasar este estadio que en el caso de David abortaron. Su grupo, en esas circunstancias, con gente tan violenta dispuesta a partirles la cara, lógicamente generó un ambiente imposible. Intoxicó las posibilidades de la asociación, al menos de momento. En vuestro caso, ¿intentaron abortar el principio de vuestro movimiento?

Julia Moreno

El movimiento independentista hace lo que comentabais de la estrategia de demonización: vamos a atacar, vamos a estigmatizar, porque sí que es peligroso. Para lo que somos “peligrosos” nosotros es para sus ideas, para su relato fantástico e idílico que no existe, pero como ya lo tienen metido en el cajón de las universidades para todo el mundo. Aparecemos nosotros y decimos que esto no es así, que están mintiendo, que los que son totalitarios son ellos y no somos nosotros. Si va alguien y borra las pintadas como las que estamos viendo. Esto destruye su relato del discurso único de que todo el mundo tiene que ser nacionalista. Teniendo en cuenta esto, no sufrimos agresiones de forma tan increíble.

Por ninguna cabeza pasa que en una sociedad democrática a alguien por intentar ejercer sus derechos fundamentales como el de asociación y el de reunión le puedan partir la cara.

Lo que sí utilizan es esta estrategia de demonización. Tú de momento eres nazi y ya demostrarás lo contrario si quieres y puedes. Esto es una vergüenza. Hay pintadas por toda la Universidad, para que si alguien quiere entrar en S’ha Acabat ya tenga en la cabeza que es algo negativo, algo a lo que hay que combatir. Luego ya veremos si alguien se atreve a entrar y ver que es todo lo contrario. Vemos esta estrategia de demonización que está a la orden del día.

Maite Pagaza

Vamos a volver un momento al pasado, como estamos con esta cuestión de “suma y sigue”. Os voy a enseñar algo que creo que no conocéis. Es un pasquín real del año 2000. Ese año ETA asesinó a mucha gente en el País Vasco. Había estudiantes como vosotros que iban a la Universidad escoltados. Yo tuve que ser una de esas personas.

Había alumnos de vuestra edad que iban a la Universidad escoltados y al tener que ir escoltados salió este pasquín que decía: “Esto no es una escuela, es una perrera, tanto perro suelto, sin bozal ni cadena”. No criticaba a las personas que iban a atacar a los inocentes, si no los que iban protegidos. Decía: “tanto perro suelto sin bozal ni cadena pero con pistola”. Este cartel estaba deshumanizando a aquellas personas que estaban protegiendo la vida de esos estudiantes que iban con escolta.

Policías armados campan a sus anchas por la Escuela de Empresariales en labores de escolta a miembros del PP”. Sabéis que hubo una generación de jóvenes estudiantes que después del asesinato de Gregorio Ordóñez decidieron involucrarse en política. Muchos de ellos no habían ni terminado los estudios. Muchos de ellos tenían que ir a la Universidad con escolta.

¿Qué ocurrirá si se ven obligados a sacar la pistola ante la presencia de algún joven sospechoso?” Jamás ocurrió. “Y si se les dispara el arma, ¿quién se responsabilizará?

Para nada están pensando en el riesgo que tenían esos jóvenes simplemente por decidir ejercer su libertad ideológica.

¿Es así como la UPV pretende convertir la Universidad en un espacio para la libertad plural y tolerante? Que se vayan, los perros y los fachas que los sacan a pasear”.

Deshumanización de unos “perros”. Deshumanización de otros “fachas”. “Que se vayan”. Es un lema histórico de propaganda y desinformación muy básico. Y sobre todo, contra un espacio para la libertad plural y tolerante. 18 años más tarde del pasquín que os he leído a ti te partieron la cara para evitar que la Universidad Pública Vasca pudiera convertirse efectivamente en un espacio para la libertad plural y tolerante .

Vosotros lleváis varios años ganando cada centímetro de espacio para la libertad y el pluralismo, con una estigmatización clara y, sin embargo, manteniendo el espejo de lo que es necesario para que se pueda ver que su mundo es tramposo. Que no son todavía espacios para la libertad y la tolerancia, o para el pensamiento crítico. Hay un déficit importante desde el punto de vista democrático. La historia de los alumnos como vosotros está sin contar.

Cuando veis éste y otros panfletos –recuerdo cuando iba a la Universidad y las veía, también tuve un intento de agresión muy serio y me pusieron escolta por las amenazas de muerte, algunas de ellas las recibí en la Universidad- ¿qué impresión os causa?

David Chamorro

A mí me parece que es prácticamente lo mismo que he leído pegado en las paredes de mi facultad, los mensajes que me han llegado alguna vez. Una vez me llegó un mensaje que nunca me había llegado: “al facha, serpiente y hacha”. Me parece una de las cosas más horrendas que he podido escuchar. Y ese tipo de mensajes como lo que has mostrado, esas frases hechas que usan siempre, esa estigmatización contra la seguridad privada de la Universidad, que hoy en día siguen aguantando cosas. En la Universidad Pública Vasca se les insulta y se les pone carteles diciéndoles que sobran, que se tienen que ir, que no valen para nada, que son unos “perros”. En ese cartel veo lo que veo yo cuando estoy en el campus. Lo mismo. En el 2020.

Maite Pagaza

Hablemos de vuestros profesores, del Gobierno de la Universidad.

Julia Moreno

Es lamentable. Yo no entiendo cómo las personas cuya vocación es enseñar, formar a personas, son capaces de venderse no sé a cambio de qué, vender sus valores y sus principios por unas tesis impuestas desde un gobierno. Tendrían que ser firmes, mantenerse firmes y defender la libertad de todos los estudiantes. Les debería dar exactamente igual si yo soy constitucionalista o si el compañero de al lado es independentista.

En cuanto a los profesores, tengo una anécdota que antes me negaba a contar, pero hoy es importante que se sepa que hay profesores así. Tenía una profesora que justo antes de un examen me dijo algo así “cierra la puerta tú que eres de Madrid”, con un tono muy despectivo. Y yo tenía que hacer después de eso el examen que ella iba a evaluar. Cuando me dijo eso me quedé parada y no supe reaccionar. No entendía. Yo siempre me había dirigido a ella en catalán, todos los exámenes los había hecho en catalán. Porque aquí, como todos sabemos, el sistema es de inmersión lingüística y el catalán se habla perfectamente. Hay carencia, en algunos casos, para hablar el español.

Hay también numerosos profesores alabando las tesis independentistas. Esta misma profesora recuerdo cómo hizo una clase dedicada a desmontar o argumentar por qué ella creía que el 155 era un artículo de la Constitución antidemocrático. Casualmente esta profesora era de Derecho Constitucional, algo que llama la atención.

Estos ejemplos contrastan con un gran número de profesores que sabes que probablemente compartan contigo lo que haces, pero que no alzan la voz. Entiendo que es difícil, que ellos se juegan su puesto de trabajo, pero vemos cómo han pasado 20 años del cartel que enseñabas y que las universidades –en el País Vasco con un grado más elevado de violencia- siguen un poco igual. Tenemos que animar a todas las personas que puedan a que alcen la voz, como ha hecho David.

Entiendo que no siempre es fácil, pero tampoco tienes que estar siempre ahí partiéndote la cara. Hay gente que lo tienen mucho más fácil, los profesores están en una situación de superioridad, de poder frente al alumnos. Si un profesor dice abiertamente que no le parece bien o que está en contra de que a unas personas se las señale por su ideología, igual puede hacer algo de pedagogía desde su posición de poder.

Maite Pagaza

David, además del acoso verbal y de todo lo que nos has contado: esa brutal agresión se realizó por una jauría en un lugar donde no había cámaras, ¿verdad? Nos puedes contar cómo ha sido este caso y la impunidad resultante.

David Chamorro

Al salir de la reunión y seguirnos. Me consta que llevaban más o menos una hora entrando y saliendo de todos los edificios sin que nadie dijese nada. Quince según los testigos. Según cámaras que yo pude ver, había más de 20 personas. Se habían organizado, habían hecho una especie de protocolo entre ellos para vigilar toda la tarde todo el campus a la vez y ver en qué momento salíamos o entrábamos y se cruzaban con nosotros.

Nos persiguieron dos jóvenes solos, de manera disimulada, hasta una zona trasera de la Universidad en la que no hay cámaras porque es un parque público. Está justo pegado a uno de los edificios. Al seguirnos hasta allí, después de interpelarnos un poco, debieron pegar un grito. Varios puñetazos después, yo ya había perdido el conocimiento en el suelo con las patadas. Gritaron y vino toda la jauría detrás. Llegaron y entre todos empezaron a patearme y a gritarme. Lo último que recuerdo fue el grito de “español de mierda”. Luego otra de las patadas me tumbó.

Lo curioso es cómo se organizan, cómo saben dónde tienen que ir, dónde tienen que darte, esperarte. Justo allí no hay cámaras. Van encapuchados, con ropas parecidas. Se preparan una especie de protocolo para saber cómo actuar y que no les pillen.

Cuando hablo de que en el campus, las cámaras internas de los edificios a veces “casualmente” están desconectadas y justo no pillan ciertas acciones. Nunca encuentran a quién hace una pintada. Nunca se puede pillar a quien pone una pancarta. Es todo un poco raro. Pero es esa dinámica.

Maite Pagaza

Hubo premeditación y alevosía, y absoluta concertación. En cuanto a los profesores y lo que ha ocurrido con la denuncia que pusiste, ¿nos puedes explicar un poco más?

David Chamorro

Después de estar ingresado y de la operación, me puse en contacto con algunos profesores para explicarles que no iba a poder ir a clase. Empecé a recibir mensajes de mis profesores. Tuve muchísima suerte aquel cuatrimestre. Todos -excepto uno que fue equidistante- se movilizaron para organizar una concentración de repulsa. Y me consta que el propio gobierno de la Universidad, al que critico abiertamente y lo he hecho hasta por carta a la rectora, pero no critico al decano de mi Facultad porque considero que es un hombre muy responsable y que ha intentado hacerlo mejor. Pero no tiene la competencia de poder evitar ciertas acciones. Me consta que, al intentar hacer una condena unánime en el claustro de profesores, hubo un amplio grupo de profesores que se negó, argumentando que no era su competencia y que ellos no pintaban nada ahí.

Maite Pagaza

Si, en lugar de a vosotros, algo mínimo como esto le hubiera ocurrido a una asociación independentista, ¿creéis que se hubiera levantado la Universidad, que hubiera salido en los medios de comunicación? ¿Hay una doble vara de medir?

Julia Moreno

Estoy segurísima de que desde el minuto cero hubiese estado condenado, protegido y apoyado desde el Rectorado. Acciones de protesta. En todos los medios de comunicación hubiese aparecido y se hubiese hecho un señalamiento brutal y se hubiese perseguido. No como en los casos que comenta David y que nosotros hemos vivido en múltiples ocasiones de “no, no se encuentra al autor”. Estoy segurísima de que en este caso se hubiesen puesto todos los medios, incluso desde los mismos gobiernos autonómicos para encontrar a las personas y hacer todos los actos necesarios para denuncia esto.

Maite Pagaza

Cuando has dicho David que los profesores se juegan su puesto de trabajo, lo que quiere decir es que también tienen miedo. Ese ambiente es omnipresente. Los profesores tampoco tienen su libertad de poder posicionarse ante algo tan terrible como que en la Universidad vasca o catalana, el ultranacionalismo, el identitarismo intolerante, una forma de la identidad excluyente, se haya convertido en lo único aceptado desde un punto de vista mayoritario. Porque quien no está en eso, se calla.

David Chamorro

Según mis experiencias, hay muchos profesores que directamente hablando con ellos a solas te apoyan, te cuentan cosas que han vivido en la época más dura, entrar a su despacho y romperles lo que tenían, obligarles a salir a hacer la huelga…

Pero hoy en día muchos se atreven a condenarlo públicamente y son tajantes. Tengo la suerte de haber tenido profesores, como Antonio Rivera, gente muy valiente que condena este tipo de acciones, que siempre lucha por la democracia, por la libertad. Pero muchos igual no tienen tanta capacidad como para hacer un muro de contención y te dicen a ti mismo que te apoyan pero: “lo siento mucho, igual no puedo… no digas esto porque igual en el Rectorado alguien dice algo… no me van a echar pero me pueden marcar… igual me pegan un toque…”. Ese tipo de comentarios.

Maite Pagaza

Efectivamente Antonio Rivera es un hombre extraordinario, igual que Luis Castells y algunos otros profesores de Historia que están haciendo un gran trabajo en este tiempo de post-terrorismo. Si no tuviéramos datos fehacientes de lo que ocurrió, nos dirían que nos lo estamos inventando. En todo caso, está mal abordado ese pasado.

En este informe que os decía de los profesores de la Universidad Pública Vasca frente a ETA se habla de profesores universitarios que se atrevieron a hablar en contra no sólo de la intolerancia política sino del asesinato político, de la persecución extrema en la sociedad vasca y en toda la sociedad española. Sufrieron quemas de coches e intentos de asesinato. Algunos se tuvieron que ir del País Vasco. Cuando ETA decidió decir que iba a dejar de matar, fueron llamados de mala manera –algunos de los que ya habían rehecho su vida fuera- y les dijeron que les tocaba volver, les tocaba reincorporarse.

Jamás les dieron las gracias y les trataron como gente de segunda. La gente que más se esforzó por nuestras libertades. Esa excelencia intelectual que tenían la pusieron al servicio de toda la sociedad y se convirtieron en referentes. Les leíamos y aquello nos daba fuerza. Cuando en los años 90 comenzaron a hablar y a escribir en la prensa vasca, cuando después del asesinato de Miguel Ángel Blanco decidieron dar un paso al frente, hacer manifiestos… Lo que ocurrió en algunos de los casos fue que no sólo se tuvieron que ir. Algunas de sus plazas fueron ocupadas por personas que las utilizaron para seguir ahondando en esa cultura de la intolerancia.

Así que esta es una experiencia que creo debe ser conocida. Me imagino que en muchas universidades españolas no se tiene ni idea de la situación actual, en la que sigue siendo difícil y con un enorme coste el poder hablar y decir lo que uno quiere. Me imagino que en ningún lugar del resto de Europa sabrán que en la Universidad catalana o en la vasca hay un déficit desde el punto de vista de las libertades y de los derechos fundamentales tan extremo.

¿Sabéis de alguien que os haya preguntado?

Julia Moreno

Nosotros hemos conocido a algún Rector y a personal de otras universidades, en Valencia, Navarra. Pero es muy complicado llevarlo allí. Estoy segura de que lo conseguiremos y daremos con la forma entre todos. Pero sí es cierto que esto se tiene que llevar a cada rincón de España para que todo el mundo sea consciente y lo pueda denunciar.

David Chamorro

Me ha llegado gente de otras universidades alucinados con el clima que vivimos en la Universidad vasca. Fascinados en algún caso para dedicarse al estudio sobre ello. Pero muy poca gente. La gente no sabe lo que aquí se vive. No sabe lo que se vive en Cataluña. Siempre digo que lo de Cataluña es como escalones inferiores que están subiendo. Julia, lo estáis haciendo muy bien. Aquí es muy difícil. Seguro que como ellos se han movilizado muy pronto, seguramente no acaban llegando a algo tan radical.

Maite Pagaza

EUROPOL, en el último informe que acaba de presentar en el Parlamento Europeo sobre tendencias en materia de terrorismo, cuando hablaba del terrorismo etno- nacionalista decía que “no había habido asesinatos en el año 2019 pero ya alertaba del rebrote de jóvenes radicalizados de forma violenta y que podrían dar lugar a un rebrote de violencia y de persecución”. Así lo anuncia EUROPOL en el último informe refiriéndose a 2019.

Uno lo entiende teniendo en cuenta que los terroristas que salen de las cárceles -por terribles crímenes que realizaron y sin haberse arrepentido- son recibidos como héroes. Se les recibe como si fueran verdaderos héroes con los elementos tradicionales más importantes como el Aurresku de honor. Y hay siempre niños. Niños que cuando son preadolescentes en las fiestas del pueblo lo que ven son carteles de personas que han cometido cosas terribles y han perseguido la libertad de los demás. Porque el elemento fundamental es matar o atemorizar a uno para asustar a todos los demás. Para que sólo haya un pensamiento público posible, un tipo de cartelería posible, una manera de entender la vida cultural o política posible.

Si la sociedad no dice públicamente “Esto no está bien”, el único mensaje que reciben esos niños es que está bien, que son héroes. Se puede volver a alimentar una nueva generación de personas intolerantes -como las que están organizadas en este caso en las universidades- pero que vayan mucho más allá. Entendéis en vuestros contextos que no hacer frente y no limpiar bien los elementos de intolerancia del pasado y del presente, genera un mayor riesgo de extremismo o de escalar en el discurso del odio y llegar a los delitos de odio.

Julia Moreno

Creo que si no estamos gente como nosotros que cree firmemente en la democracia, si no lo denunciamos, si no tenemos un discurso alternativo al nacionalista, si no luchamos por hacer normal lo que debería ser normal, no conseguiríamos una sociedad que debe ser libre.

David Chamorro

En el caso vasco es muy difícil organizar un grupo porque es muy difícil que la gente se atreva a unirse. Cada persona individualmente debe mostrar su postura de condena de ciertas cosas. Apoyar la libertad y la democracia. Si no puede ser en grupo, a título individual. Pero no callarse. Aunque te puedan llover insultos, decirlo en alto. Porque no pasa nada. No eres tú el que estás equivocado, son los intolerantes y los totalitarios. No somos nosotros.

Maite Pagaza

Igual se podría mirar alguna manera para que la gente anónimamente pueda decirlo. ¿Cómo os podríamos ayudar?

David Chamorro

Se podría hacer una difusión digital con la que conseguir que mucha gente pueda leer y ver testimonios. Con algún tipo de medio audiovisual se consiga que la gente pueda ver el pasado. Una comparativa de la Universidad de lo que fue y de lo que puede llegar a ser como no tengamos más cuidado y sigamos permitiéndoles todo. Con esos medios conseguir que mucha gente se dé cuenta. “Yo he venido aquí a estudiar y yo pensé que esto era otra cosa y no me están dejando hablar. Tengo que aguantar como insultan a mis padres porque igual su procedencia no es vasca o ese tipo de cosas”.

Maite Pagaza

¿Se insulta a alguien por la procedencia? Estamos hablando de xenofobia, una especie de racismo étnico-político.

David Chamorro

Creo que es la base del nacionalismo. Creer que el territorio y ellos por haber nacido ahí, con la idea de una especie de raza superior. Ese tipo de tonterías que dicen ellos y de ser distinto al español. A mí me llegaban mensajes del tipo “seguro que sois de Burgos, que no has nacido aquí”. No. Yo he nacido aquí, mis padres han nacido aquí, tengo abuelos que han nacido aquí y soy igual o más vasco que vosotros si nos ponemos en vuestra tesitura.

Pero ellos no lo entienden. Creen que por no apoyar el independentismo, somos inferiores a ellos. Somos una especie de animales de presa que sólo quieren cazar y no valemos para nada más. Eso es lo que piensan en sus mentes perturbadas.

Julia Moreno

En palabras de Torra se les llama “bestias taradas”. Es evidente que la gente lo tendrá en su ideario y marco mental. Si ya desde el Parlament o del Govern de la Generalitat es lo que se difunde. No hay mucho más que decir si es el propio presidente de la comunidad autónoma quien lo dice.

Maite Pagaza

Si os dirigierais a personas que no conocen nada de todo lo que habéis vivido. ¿Hay alguna cosa que os ha quedado marcada y queráis contar?

Julia Moreno

Tendría claro decirles que los slogan de democracia, de libertad, y de libertad de presos políticos que emplean los independentistas -aplicable a todo el movimiento nacionalista vasco- es todo totalmente falso en base a las experiencias que hemos explicado en este webinar.

Maite Pagaza

¿Queréis que os cuente lo que me pasó en la Universidad? En febrero del año 2000 asesinaron a Fernando Buesa, que había sido como un padre para mí. Dejé de ir a la Universidad. Cuando volví, casi tres meses más tarde les pedí apuntes a las amigas del grupo de euskera. Yo estudiaba Derecho en euskera y castellano porque me interesaba como traductora de lenguaje jurídico administrativo. No iba a todas las clases y además estaba embarazada de mi segunda hija. Al día siguiente, volví con los apuntes. Cuando llegué me encontré en la puerta de clase una pintada y amenazas a mí. Una diana. Había estado casi tres meses sin ir a la Universidad y ya me encontré la pintada.

No fue sólo eso. El grupo de castellano estaba saliendo aunque estaban bastante lejos. Una chica de mi clase que estaba en una esquina se ve que era la chivata que daba el aviso. De repente, apareció gente que yo no conocía con palos, con ikurriñas, gritando. Muchísima gente. Yo tenía muchísimo miedo por mi bebé. Pensaba que me iban a tirar por las escaleras. Gritaban. No me veían como un ser humano. Habían deshumanizado la mirada. Me veían como un objeto de su odio.

Tuve muchísimo miedo y de repente un chico del grupo de castellano que tenía el curso de escolta fue allí. Antes de que empezaran a agredirme me consiguió sacar. Nos persiguieron. Tuvo que sacarme derrapando con su coche. Si el primero hubiera dado un golpe, nos hubieran linchado. Poco tiempo después me pusieron escolta policial.

Así que cuando leí que el caso de David había quedado impune, sentí muchísima rabia. Pensé que no puede ser. Estamos en una época de post-terrorismo. Tenemos que contar que la libertad es importante. Tenemos que conseguir que haya más gente que se comprometa y que ejerza la libertad. Porque si en la Universidad no hay libertad, es muy difícil que las sociedades puedan afrontar bien las heridas del pasado.

¿Qué preguntas queréis lanzar a quién pueda escuchar esto en el futuro?

David Chamorro

A mí me gustaría que la gente que esté escuchando se pregunte qué haría si estuviese en nuestro caso. Porque igual hay alguien que está en la misma situación en la Universidad catalana o en Navarra o en el País Vasco. Que se pregunte a él mismo cómo actuaría ante una situación similar o si no pudiese ejercer su libertad. Y preguntaría eso mismo a gente adulta –que ya no esté en la Universidad y tenga su vida hecha- que imaginase su juventud o la de sus hijos en un ambiente así. Qué les diría.

Maite Pagaza

Y si en la Universidad uno aprende a ser sumiso, lo normal es que también después lo sea.

Julia Moreno

Me gustaría preguntar a cualquier persona que vea esto si en 20 años le gustaría ver que sus hijos tienen que vivir situaciones como estas. Si estaría tranquilo pensando que esto es así porque ahora que puede hacerlo y que es el momento de defender la libertad, no lo ha hecho.

Maite Pagaza

Nosotros no hemos sido sumisos ni vamos a serlo. ¿Cómo podemos alimentar la esperanza y que la gente se tome la libertad? ¿Algo positivo que les podamos decir? A pesar de la persecución objetiva que haya podido sufrir, siempre me he sentido muy libre por dentro y eso me ha hecho sentir muy bien. Siempre he pensado que era mucho más libre -incluso en los tiempos en que vivía escoltada- que muchos de los que no tenían escolta pero tenían una cárcel interior. Ser libre y ejercer la libertad, pese a lo que estamos contando que es duro. ¿Vale la pena?

David Chamorro

Creo que sí. Lo que pediría a la gente que está en una situación similar o cree que puede llegar a ello es que la libertad no sale gratis a nadie en este ambiente. Tienes que gritar que quieres ser libre. Gritar que son ellos los que están equivocados y que tienen que cambiar ellos. No vamos a ser nosotros. Que no se callen, que no agachen la cabeza. No es tu culpa. Grita tus ideas en alto. Que pidas libertad y no te dejes acallar por el discurso del odio, de la xenofobia, del racismo que esa gente está lanzando contra ti. Sé valiente. Grítalo y no pasa nada.

Maite Pagaza

No son antifascistas, son matones.

Julia Moreno

Ser libre es levantar la mano y decir yo estoy en contra. No estoy de acuerdo y no voy a pasar por el marco nacionalista que me imponen a diario.

Maite Pagaza

Os estoy hablando desde el Parlamento Europeo como Eurodiputada y vicepresidenta de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior. Aquí estamos analizando cada una de las agresiones a los Derechos Fundamentales que ocurren en cualquier confín de Europa. No es sólo en las universidades catalana o vasca donde hay déficit de libertades. Hay gente muy parecida en Hungría o en Polonia o en otros lugares que también intenta que su manera de ver la identidad excluyente, su manera de entender la política o de entender la patria sea la única. Y pone obstáculos a la libertad. Hay gente como vosotros que está luchando en otros lugares de Europa. Si hay alguien que quiera mandarnos su testimonio, haríamos llegar su mensaje a donde sea necesario.

La tentación de indicar cuál es la manera correcta de ser vasco, catalán, español, polaco, húngaro, francés… no es exclusivo de nuestro territorio. Lamentablemente hay algo, dentro del ser humano, que a veces se activa y considera que el poder tiene que ser sólo para unos y que la identidad es la que ellos dicen. Es una pelea del pasado, del presente y me temo que del futuro.

Creo que recoger vuestros testimonios es histórico. Nos esforzaremos para que la intolerancia política en la Universidad deje de ser un “suma y sigue”.

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Maite Pagaza
Maite Pagaza

Written by Maite Pagaza

Activista y escritora. Comprometida con la libertad, siempre.

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