Cartografía del Odio
Un estudio de la oficina de Maite Pagazaurtundúa en el Parlamento Europeo (Renew Europe — Ciudadanos)
📥 Puedes leer y descargar el libro en PDF en este enlace
Hemos tardado más de dos años en elaborar este trabajo, y es un mero esbozo del título: Cartografía del Odio.
De hecho, cuando comenzamos a trabajar lo denominamos “Radiografía del odio”, con el objetivo de generar imágenes de las estructuras internas del fenómeno.
Poco a poco nos dimos cuenta de que la estructura externa del fenómeno tampoco estaba clara, al menos ante nuestros ojos. Sabíamos que los datos accesibles sobre este tipo de incidentes serían la punta del iceberg, pero no era sólo eso, el fenómeno cuenta con zonas grises y la mirada colectiva resultaba -muchas veces- contradictoria.
El trabajo nos llevó a intentar trazar las líneas de un mapa tan escurridizo como necesario, una cartografía. Con permiso de Jorge Luis Borges, había momentos en que creíamos haber encontrado una pista segura y pronto resultaba tan arduo el trabajo como tejer una cuerda de arena o amonedar el viento sin cara… en medio del infierno.
Porque este trabajo discurre a través del infierno.
Como ciudadanos creo que estamos obligados a dejar las cosas mejor de cómo las encontramos y el infierno de los incidentes sobre los que trata lo que sigue, nos obliga a intentar achicar el infierno con políticas públicas eficaces.
El libro pronto irá acompañado de una página web interactiva en español y en inglés, con una base de datos practicable para poder actualizar la información; para que pueda ser útil para las personas interesadas; para poder canalizar preguntas; para poder reflejar el sonido del odio, sí, el odio y la intolerancia suenan igual y da igual la motivación que siga o el idioma en que se profieran.
Es mucho más fácil reconocer la intolerancia en aquellas cuestiones sobre las que no dudamos. Es más difícil reconocer los prejuicios que arrastramos por nuestros sesgos cognitivos o personales y es más difícil reconocer al ser humano vejado o acosado por aquella motivación que, tal vez inconscientemente, compartimos o a los perseguidos por aquella idea que profesamos. En estos tiempos la ceguera o la disociación de la empatía es sencilla. Adormecer selectivamente la conciencia, entumecer selectivamente la mirada y la justa indignación es fácil. Evocar la libertad de expresión o pedir la censura, selectivamente, también es moneda que da el pego.
Hemos intentado mantener a lo largo de este trabajo nuestra compasión y el profundo respeto por la dignidad humana en los seres humanos reales en los que se fundamenta la base de datos que se compone de 80.000 elementos.
Las preguntas son una forma de aportación, tanto como la calidad de las respuestas. Hemos intentado trabajar con la mayor honestidad posible y creemos que afinaremos y mejoraremos el trabajo a través de la página web interactiva.
Esperamos encontrar nuevos colaboradores -de la sociedad civil, de las instituciones- para mejorarlo y que sirva mejor.
En este prólogo que escribo pocos días antes de entregar el trabajo para la imprenta, tenemos nuevas preguntas que intentaremos responder en los próximos años con ayuda de los lectores, de los expertos, de las asociaciones y de las personas que han sufrido el odio.
Nos ha parecido obligado intentar entender los incidentes y delitos con un fondo de motivación de prejuicio, intolerancia, discriminación y odio desde una perspectiva muy abierta en cuanto al espacio geográfico y desde el punto de vista de sus fuentes cuantitativas y cualitativas.
Hemos abierto la mirada hacia seis Estados Miembros de la Unión Europea bajo la suposición de que Alemania, España, Francia, Hungría, Italia y Polonia nos ofrecían la posibilidad de asomarnos a un fenómeno universal desde una buena parte de la población europea, desde distintas coordenadas geográficas y culturales.
Los fenómenos relacionados con el odio que aparecen en este informe ocupan un lugar porque existen organizaciones que los documentan. El hecho de que haya fenómenos que no aparezcan o que lo hagan de forma escasa puede estar relacionado con la ausencia de entidades que se preocupen por su documentación sistemática y/o su denuncia pública. En otras palabras, no están todos los que son.
En cualquier caso, el objetivo de este informe es contribuir a la realización de un mapa de calor que constituya una llamada de atención sobre fenómenos de odio crecientes.
Nueve de cada diez personas que han sufrido agresiones en Europa por motivos de odio o discriminación no denuncian los hechos, según datos recabados en 2017 por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (en adelante, FRA).
No querer ver, escuchar o hablar de una realidad, o no nombrar a una víctima supone invisibilizarla. Por eso, nuestro esfuerzo va encaminado a entender e identificar, para tener mejor calidad de datos, para mejorar el análisis compartido y generar políticas públicas que reduzcan el infierno.
Maite Pagazaurtundúa, Eurodiputada de Ciudadanos — Renew Europe