Acto cívico en recuerdo de Joxeba Pagaza — Andoain, 2023
Discurso de Maite Pagaza
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Gracias por arroparnos durante veinte años.
Nos habéis acompañado en la intemperie, la del tiempo y la otra. Nunca lo podremos agradecer suficientemente.
Joxeba se encaró ante ETA, pero analizó mucho la política vasca y vio, y en eso tenía el mismo ojo clínico que nuestra madre, las debilidades y miserias de los actores políticos y sociales. Viendo cerca la muerte, en sus escritos Joxeba deseaba que su grito de libertad llegara al mundo.
Por eso hemos regresado hasta veinte veces, hasta veinte años, a la tierra de donde tuvimos que huir, por compromiso con Joxeba y con la sociedad que defendió de los totalitarios.
Veinte años es una generación y permite abrir mucho el angular y centrarse en lo imprescindible.
El posterrorismo debería obligarnos a encarar las grandes cuestiones de las responsabilidades políticas, no sólo judiciales, sobre la producción industrial de terror. No se produjo el terror por descuido, sino para anular el pluralismo político y la libertad ideológica.
Por eso las víctimas tienen un significado político.
El posterrorismo obliga además a encarar la cuestión de la impunidad acumulada. Casi cuatrocientos asesinatos sin justicia.
Y, por supuesto, la transmisión a las nuevas generaciones de un conocimiento cabal sobre el pasado.
Ah, pero en Euskadi y Navarra y en la opinión pública española el centro está en lo que interesa a Otegi: los presos y el blanqueamiento paulatino de su pasado y de sus siglas pese a los déficits evidentes y objetivos para merecerlo.
Ah, pero no hay escándalo en toda España cada día, cuando se trata como héroes a los etarras por haberlo sido y se enseña eso a una parte de los niños y niñas vascos y navarros. Eso no escandaliza.
Si algunos de nuestros vecinos se enteraron de algunas cosas muy básicas leyendo Patria, está claro que no se conoce el nivel de monstruosidad de la estrategia que desarrollaron para machacar la libertad de conciencia.
Estrategia industrial si nos atenemos a los millones de páginas y los miles de kilos de papel, los millones de horas de reuniones para que nos asustaran de la misma manera en cada portal, barrio, empresa, pueblo o ciudad.
La industria del terror se ha reconvertido en una industria de blanqueamiento.
Ah, no ha habido ni una sola vez en el que un preso haya colaborado con la justicia para resolver un caso.
Vaya, no han querido indicar dónde están los cuerpos de las personas que asesinaron e hicieron desaparecer.
Miren, resulta que utilizan extraordinarios recursos para blanquear la imagen de Josu Ternera en Francia y para evitar los juicios que podrían tener repercusión simbólica e histórica. Y en concreto el juicio por el delito de lesa humanidad ya instruido al jefe de ETA y otros jefecillos porque no vaya a ser que se sepa el fondo industrial del terror, no vaya a ser que la opinión pública internacional se entere de su verdadero fondo y sobre todo para que la polarización de la opinión pública española les dé ya el favor de casi la mitad de la población.
Debemos resaltar que Otegi y compañía no aceptó ningún suelo ético en la Cámara vasca y sin embargo se ha normalizado el pacto con ellos. Y eso intoxica la política vasca, pero sobre todo, ahora mismo, la política española, porque la hoja de ruta es presos por presupuestos según informó Arnaldo Otegi. Y para ello todavía faltan algunos flecos en el Código Penal o en las leyes que impiden al Gobierno Vasco poner pulseras a todos, todos, los presos y presas para el cumplo y miento.
En un sistema intoxicado por gente que lleva cuarenta años de desinformación dañosa como Otegi y sus siglas y entorno. Es fácil hacer mirar el dedo en lugar de la luna.
Y así estamos. Luchando contra el olvido de lo imprescindible.
Por eso queremos recordar a Joseba Arregi que se unió a los perseguidos para defender el pluralismo ideológico y el sentido político de las víctimas del terrorismo etnonacionalista hasta su último aliento. Mil esker Joseba zeruko larretan zerana.
Y cómo se va notando la construcción concienzuda, lenta, laboriosa, de nuevos tabúes para domesticar a la sociedad vasca y navarra. Pero que de forma intermedia buscan -no solos- que aceptemos un punto intermedio entre los que nos mataban y la democracia amenazada. Se elimina así el significado político de la industria del terror y entonces, aparece la búsqueda de un equilibrio de memorias, de asesinos particulares y víctimas particulares.
Alertó de ello una y otra vez Joseba Arregi y consta en la Ley de Víctimas Vasca que si pueden, también cambiarán.
Por eso conviene que recordemos que el número de malhechores no justifica el delito y que éste es uno de los principios del Estado de Derecho en la Europa democrática
Para terminar, si en el posterrorismo se acepta el marco general que se debe combatir, se termina atrapado en él.
En la telaraña están las palabras, los marcos y la agenda de Otegi y el entorno.
Ese estado de cosas puede ser cambiado por los ciudadanos.
Ojalá el grito de Libertad de Joxeba, su entrega, su valentía, su lucidez, su exigencia que es la nuestra llegue a los ciudadanos.
Viva la Libertad
Viva la Libertad, Gora Libertadea, como le gustaba a Joxeba.
